Hace un buen rato que no escribo en este abandonado blog. La verdad es que ha sido un inicio de año muy malo, con más bajas que altas, y más desencantos que nuevas esperanzas. ¡Lo bueno que ando optimista!
Desde el año pasado comenzaron unas obras de dizque remodelación de la Unidad de Cómputo del CIE. Las obras llevan más de siete meses, y todavía no terminan. De modo que tengo una oficina provisional. Ha sido bastante incómodo trabajar así. El pasado lunes 11 de enero llegué al trabajo con ganas de tomar las cosas por el lado bueno. Cual no sería mi sorpresa al encontrar un gato encerrado en mi oficina provisional todo el fin de semana. Encontré las mesas arañanas, papeles tirados, y las sillas orinadas y llenas de pelos de gato. ¡Que desagradable!
Tuve que mudarme de emergencia a las oficinas nuevas, las cuales tampoco están terminadas. Me toca un pequeño escritorio, en el cual no cabe mi computadora. Tuve que ponerla en el piso. Al menos tienen energía eléctrica, pero no tienen red -al fin que la red no es importante para los de cómputo. Tampoco tiene un librero o archivero donde poner mis cosas. Así que, la verdad, he estado muy deprimido.
Y en horizonte cercano las cosas no van a cambiar, al contrario, me parece que se van a poner peor. Así que más vale preparse para el horizonte lejano, y mientras llegan tiempos mejores sacar el mayor trabajo posible. Hay que mantener un perfil bajo, y darle su avión al que se le tenga que dar.
Por cierto: aprendí a usar screen.
2 comentarios:
Pobre gato!! todo hambriento..y que desagradable situación. Animo Turbo :D
@Magali: gracias por comentar. Al parecer ya se llevaron los gatos ¿tu adoptaste alguno?
Publicar un comentario